El efecto “R”
Sin temerle a nada ni a nadie, un equipo rompió con los patrones de la maldición del "favoritismo", ya que en el 2002 fuese por primera vez en la historia y hoy por hoy, solo e puede apreciar un pentacampeon del mundo, Brasil logró cinco copas de la FIFA convirtiéndose de esa forma en la nación con mayor renombre y admiración de los mundiales. Con sinónimo de grandeza llegó Brasil a la disputa por el título ante la selección de Alemania, unos teutones que con tres campeonates querían emparejarse en aquel entonces con su semejante de Brasil, que solo sumaba cuatro títulos.
Partido que tuviera vida en el estadio de Yokohama de Japón, donde ambas escuadras alinearon con lo mejor que tenían, aquí los titulares:
Un joven Klose y Ballack ausente por lesión hicieron que cayeran las responsabilidades en manos de su máxima figura: el portero Oliver Kahn; por los de verde amarela, el prometedor Ronaldinho del PSG, Rivaldo, Robertos Carlos, Roque Junior y por supuesto el eterno capitán Cafú, pero la presión de de la canarinha ecayó sobre los hombro del “fenómeno” Ronaldo.
La suerte había deparado una trayectoria fácil para Brasil en el Mundial. Turquía, China y Costa Rica probaron la 'fiebre amarilla' en la primera fase y Bélgica no pudo frenar la escalada 'brasileira' en octavos. Inglaterra, en cuartos de final, se presentó como el primer enrollo serio de los dirigidos por Scolari, pero de igual manera sucumbió ante el efecto de la 'R'.
Turquía volvió a cruzarse con los campeones en las semifinales, pero Ronaldo acaparó las portadas. En uno de los mejores partidos del Mundial, el delantero se inventó un punterazo que metió a Brasil en su tercera final consecutiva.
Eliminando fantasmas y en contra de su “pesado favoritismo” Brasil logro llevarse la victoria, dos goles a cero (2-0) partido que en la primera mitad, los germanos habrían controlado el balón, llegando al área de Marcos, pero no crearon grandes ocasiones. Mientras, los de Scolari aguantaban el acoso alemán y fiaban su juego al ingenio de Ronaldinho y Rivaldo. Ronaldo desaprovechó dos ocasiones para destrozar a Kahn y Kleberson estrelló un zapatazo en el larguero.
A la vuelta de vestuarios, Alemania tuvo sus mejores oportunidades. Jeremies y Neuville pudieron encarrilar el partido, pero el portero brasileño respondió con solvencia y el marcador permaneció inmóvil hasta el minuto 66.
Ronaldo rentabilizó un mal despeje de Kahn, que le sirvió un balón muerto en el área, para despertar a la 'torcida'. Los de Voeller notaron el golpe en exceso, acusaron el desgaste físico del primer acto y no encontraron alternativas para deshacer el entuerto.En el minuto 78, llegó la consagración de otra vez Ronaldo. Kleberson cedió un balón a la frontal del área, Rivaldo engañó a Linke y lo dejó pasar para que Ronaldo enviara un derechazo al fondo de las mallas y dándole cifras definitivas al encuentro.
Brasil se convirtió en el primer campeón que gana 7 partidos y el cuarto que consigue el 100% de los puntos (antes lo habían logrado Uruguay, en Uruguay '30; Italia, en Francia '38 y Brasil, en México '70). Convirtiendo 18 goles y recibiendo 4, con 2 penales a favor (convertidos por Rivaldo y Ronaldinho) y ninguno en contra.
La canarinha logro sacarse esa espinita del 98 cuando perdió la final del mundo contra Francia a manos de Zinedine Zidane, y consagrarse además de ser “campeona del mundo” convertirse en la selección con más laureles en dicha competición. El tan nombrado efecto "R" comandando por el autor de los dos tantos finales (Ronaldo) dio un resultado épico he indescriptible.
Una hegemonía, para próximas citas mundialistas era lo que se veía en el porvenir de este grupo de jugadores, que estaba construida por juventud, calidad, veteranía y sobre todo mucho fútbol, la generación de relevo que venía era barbara, liderada por un joven Ronaldinho que ya congratulado como el mejor jugador del mundo falló en el 2006 casi con los mismos nombres pero más experimentado y otros al borde del retiro, no supieron imitar a lo logrado por el efecto R de Ronaldo que hoy en día sigue siendo el máximo goleador de los mundiales.
El efecto “R” habría desaparecido con su nacimiento, debido a las déficits que mostró su desarrollo, quedando en un pasaje que el país del fútbol recordara por el resto de su historia como un trago amargo al saber que se estancó en el simple “Fue bonito mientras duro”.
0 comentarios:
Publicar un comentario